COMUNICADO DE PRENSA

IDOIA RIBAS MARINO

Diputada autonómica en Parlamento de las Islas Baleares

Solicitud formal de la salida del grupo VOX para adquirir la condición de diputada no adscrita.

A primera hora del día de hoy, he solicitado a la Mesa del Parlamento balear adquirir la condición de diputada no adscrita, como consecuencia de mi salida del grupo VOX, tal y como anuncié el pasado martes en mis redes sociales.

Mi salida del grupo confirma el hundimiento de un proyecto que, desde el principio de la legislatura, ha estado dirigido al fracaso por las continuas injerencias desde la dirección nacional, que intencionadamente ha buscado este desenlace.

Durante la presente legislatura VOX ha perdido representación en diferentes parlamentos autonómicos, diputaciones provinciales, consejos insulares y ayuntamientos de toda España, en una deriva autodestructiva atribuible exclusivamente al mando único de la dirección nacional que, lejos de querer avanzar en su agenda política, busca el enfrentamiento con sus representantes electos y de éstos entre sí, con la intención torticera de decrecer su presencia en las instituciones públicas.

La dirección nacional de VOX debe explicar a sus electores y a los ciudadanos en general, a qué se debe esta estrategia, puesto que contrariamente a sus principios fundacionales, la subsistencia de este partido sigue dependiendo de las aportaciones públicas que recibe, tratándose por tanto de una entidad sufragada por todos los contribuyentes, que merecemos una explicación ante la nociva gestión económica, política y humana del proyecto, y ante la ausencia de objetivos constructivos, más allá del sostenimiento mismo del partido, para dar cobijo a quienes lo dirigen y para nutrir a entidades privadas afines al mismo.

El desprecio irracional a las autonomías y al municipalismo de quienes toman las decisiones en VOX hace inviable que este proyecto pueda ser útil para la gestión de competencias en dichos ámbitos, tal y como se ha demostrado sobradamente con la salida injustificada de los gobiernos autonómicos o con la renuncia a formar parte de ellos (como es el caso de Baleares). No obstante, las personas que, en el ejercicio de nuestros derechos políticos, adoptamos un compromiso social con los electores, amparados en el artículo 67.2 de la Constitución -que prohíbe el mandato imperativo- tenemos la obligación de ejercer nuestro cometido, sin rendirnos a las presiones de quienes buscan en la partidocracia perpetuarse en el poder en beneficio propio, a costa de traicionar al electorado.

Mi presencia en el Parlamento de Baleares ha sido crucial para los avances que se adoptaron durante mi mandato como portavoz del grupo, aun teniendo que enfrentarme a la dirección de mi partido para conseguirlo, con el coste político y personal que ello me ha causado, pero soy plenamente consciente de que el fin único de la política debe ser siempre servir a los ciudadanos para intentar mejorar sus vidas, y no servir a los dirigentes de los partidos, algo que seguiré haciendo a partir de hoy, desde mi nueva condición de diputada no adscrita.